lunes, 26 de octubre de 2009
Publicado por
Cheshire
en
22:42
Y ella no se daba cuenta de que detrás de aquellas tímidas palabras teñidas de locura se hallaba un corazón que tenía demasiado miedo del mundo que le rodeaba, incapaz de encontrar aquello que le hiciera realmente feliz. Es por eso que se escondía a la sombra de los tréboles, para que así solo las hadas le hicieran compañía y nadie le preguntara jamás sobre el color de sus lágrimas. Lágrimas que brotaban sin proponérselo, desde lo más profundo, y tan extrañas como las palabras que salen sin pensar, como sacadas con un hilo de plata, invisibles y sordas para todos aquellos que nunca soñaron con soñar.
Ese corazón pertenecía a la chica de rayas, pero aún entonces no los habían presentado.
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